I.PRIMAVERA

1. EL PUENTE DE NIHONBASHI: ACLARADO DESPUÉS DE LA NEVADA

El puente de Nihonbashi.

日本橋雪晴

Nihonbashi yukibare

5-1856

En esta primera estampa –que se inicia con la primavera– Hiroshige muestra ya lo más característico de su estilo, una amplia visión que se pierde en la lejanía, con múltiples elementos tanto naturales como arquitectónicos y pequeñas figuras de personas atareadas en su quehacer cotidiano. El centro de la lámina lo ocupa el puente Nihonbashi («puente de Japón»), uno de los más grandes y representativos de la ciudad, construido en 1603, que servía de kilómetro cero para medir las distancias del país. En segundo término aparece el Palacio del Shōgun y, al fondo, el monte Fuji. Cabe destacar el efecto de bokashi en la gradación de los diversos tonos de azul del río.

2. KASUMIGASEKI

Kasumigaseki.

霞が関

Kasumigaseki

1-1857

Esta es una composición de acusada verticalidad, donde sobre un eje de una populosa calle de la ciudad se superpone un amplio cielo con diversas tonalidades de color. Se sugiere una cierta perspectiva lineal, en la calle que fluye hacia la bahía de Edo, pero ésta queda mitigada por el intenso cromatismo. En los dos extremos de la calle se encuentran dos residencias de señores terratenientes (daimyō): a la izquierda, los Asano de Hiroshima, y a la derecha, los Kuroda de Fukuoka. En los márgenes destacan también dos grandes pinos (kadomatsu). Entre la gente pueden reconocerse unos danzarines, un sacerdote y varios samuráis. En el cielo vuela una cometa que contiene el símbolo sakana («pez»), primer elemento del apellido del editor Sakanaya.

3. VISTA DE HIBIYA Y SOTO-SAKURADA DESDE YAMASHITA-CHŌ

Vista de Hibiya y Soto-Sakurada desde Yamashita-chō .

山下町日比谷外さくら田

Yamashita-chō, Hibiya Soto-Sakurada

12-1857

De nuevo una composición vertical con un paisaje de profunda visión con el monte Fuji al fondo. Está representado el cambio de estación, con los símbolos que representan el Año Nuevo. A la derecha se percibe un muro perteneciente al Palacio de Edo. En ambos márgenes aparecen dos raquetas de hagoita, propias del juego de volante hanetsuki, que se vendían en Año Nuevo en el templo Sensōji de Asakusa; más arriba, en el cielo, aparece el volante impulsado por las raquetas. Estas raquetas eran de bambú, y en el reverso tenían pintado un yakusha-e o un bijin-ga. También figuran en los dos costados ramas de pino. Como en la lámina anterior, también aparecen varias cometas en el cielo, destacando la superior, una cometa yakko con forma de kimono. Al fondo aparece la residencia del daimyō Nabeshima Kansō, un fabricante de artillería, con la puerta adornada con una banda de paja de arroz.

4. TSUKUDAJIMA Y EL PUENTE EITAIBASHI

Tsukudajima y el puente Eitaibashi.

永代橋佃しま

Tsukudajima y el puente Eitaibashi

2-1857

Aquí se introduce una visión nocturna, donde se percibe un muelle de la pequeña isla de Tsukuda, en la bahía de Edo, vista desde el puente Eitaibashi («Puente de la Eternidad»), perceptible en un amplio pilar que ocupa el lateral izquierdo. Este puente, construido en 1698, era el más largo de Edo, y atravesaba el río Sumida, el principal río de la ciudad. La isla era un puerto pesquero que tenía el encargo oficial de suministrar pescado fresco al shōgun. En las noches de invierno y primavera se pescaba shirauo («pez blanco»), al que atraían con antorchas, como la que se puede ver en este cuadro.

5. EL TEMPLO EKŌIN DE RYŌGOKU Y EL PUENTE MOTO-YANAGI

El templo Ekōin de Ryōgoku y el puente Moto-Yanagi.

両ごく回向院元柳橋

Ryōgoku Ekōin Moto-Yanagibashi

5-1857

Se ve de nuevo una vista vertical con el monte Fuji y un amplio cielo azulado, desde una insólita perspectiva que, aunque se realiza desde el templo indicado en el título, éste no aparece, figurando en cambio en el lateral izquierdo un alto andamio de madera con un tambor en su cima, que muestra el gusto de Hiroshige por los elementos anecdóticos. Desde este andamio se tocaban los tambores en las competiciones de sumo celebradas en el templo –aquí se celebró el primer torneo de sumo en 1768–. El templo Ekōin, construido en 1657, pertenecía a la secta budista de la Tierra Pura (Jōdo), y fue construido para conmemorar a las 100.000 víctimas del incendio que arrasó la ciudad. Detrás del río Sumida, surcado de barcas y transbordadores, aparece la residencia Matsudaira, del señor feudal de Tanba, junto al puente Moto-Yanagi y un gran sauce llorón.