III.OTOÑO
73. LA CIUDAD EN PLENA FLORACIÓN, LA FIESTA TANABATA
III.OTOÑO
73. LA CIUDAD EN PLENA FLORACIÓN, LA FIESTA TANABATA
Esta estampa empieza la serie del otoño, si bien la fiesta que se representa era propia de los días cálidos del verano. La fiesta Tanabata era una de las cinco fiestas oficiales de las estaciones del año (gosekku). En esta ocasión el autor nos ofrece una perspectiva desde su propia casa: en la parte inferior aparecen varios tejados de casas del barrio de Minami Denma-chō, entre los que se perfila en segundo término, a la derecha, la torre de bomberos del distrito de Yayosu, que su padre legó a Hiroshige, y éste a su vez a su hijo. Quizá esta alusión personal explique la ausencia en el título del lugar representado, un hecho único en toda la serie. Más al fondo y a la derecha se ven varios edificios del Palacio del Shōgun, mientras al fondo se yergue la gran masa del monte Fuji. Sobre los tejados y elevándose al cielo se muestran numerosos estandartes y arreglos florales del festival, sobre varas de bambú, del que penden objetos como papeles, serpentinas, una red de pescar, una calabaza, una copa de sake o incluso un pez y una rodaja de sandía. Se ven mecidos por el viento, quizá un adelanto del incipiente otoño.
74. COMERCIO DE SEDAS EN ŌDENMA-CHŌ
En esta obra destacan los personajes en procesión de la derecha, que llevan vestidos ceremoniales y estandartes de fiesta. Es una de las escasas láminas donde aparecen personas de un cierto tamaño, en contraposición a las pequeñas figuras habituales inmersas en el paisaje. Pese a su atuendo de samurái, compuesto de pantalón y chaqueta con el mismo dibujo (kamishimo) y el vestido kosode encima, se trata de carpinteros, que celebran el cierre de aguas de un edificio –debido al terremoto de 1855, los carpinteros tenían mucho trabajo en esta época–. Los celebrantes van evidentemente ebrios, hecho que el autor refleja de forma magistral en sus rostros, dando muestras del sentido del humor y prospección psicológica del artista. Al fondo se ve el comercio de sedas Daimaru, alternando cortinajes negros y rojos con el signo caligráfico de la tienda, junto a la inscripción de su fundador, Shimomura Hikouemon.
75. EL BARRIO DE LOS TINTOREROS DE KANDA
Se muestra una vez más una composición de gran verticalidad, que denota el máximo provecho que el autor sabía sacar del formato ōban. El motivo principal de la imagen son unas grandes telas colgadas a secar por los tintoreros del barrio de Kanda, el principal de la ciudad donde se ejercía este oficio, famoso por la calidad de sus telas. En ambos lados se ven unos paños color marrón e índigo, con dibujos de damero y flores, destinados a kimonos yukata. En cambio, en el centro y con el doble de altura resaltan unas largas telas que se cortaban en tiras y servían de cintas para la frente, en colores blanco y azul. Las de color blanco en primer plano tienen el signo de «pez» (sakana), probable alusión al apellido del editor, Sakanaya Eikichi, mientras que las del fondo muestran el monograma de Hiroshige, compuesto de la sílaba hi dentro de un rombo, ro. En el paisaje del fondo se pueden apreciar el Palacio del Shōgun y el monte Fuji. Katsushika Hokusai había hecho una composición parecida a ésta en su serie Cien vistas del Fuji (1830-1835), por lo que esta estampa seguramente la realizó Hiroshige como homenaje al maestro del ukiyo-e.
76. DIQUE DE BÁMBU CERCA DEL PUENTE KYŌBASHI
En una vista nocturna dominada por la luna llena, que aparece por detrás de la cartela del título, destaca en primer plano la imponente figura del puente Kyōbashi, tras el que se alza un muro de bambú perteneciente al atracadero de Takegashi, donde se almacenaba el bambú puesto a secar. Sobre el puente se ve a la derecha una procesión de peregrinos con linternas, junto a otros transeúntes que caminan en ambas direcciones, mientras que destacan en los pilares centrales los gibōshi, los coronamientos de metal que indicaban puentes de alto rango. Los peregrinos regresan del monte Ōyama (véase lámina 60), y en el que lleva una lámpara roja se aprecian los caracteres hori («grabar») y take («bambú»), propios del grabador, Yokogawa Horitake, siendo esta la única estampa de la serie en donde aparece. Esta imagen inspiró a James Abbott McNeill Whistler en su obra Nocturne in Blue and Gold: Old Battersea Bridge (1872-1875).
77. EL PUENTE DE INARIBASHI Y EL SANTUARIO DE MINATO JINJA EN TENPPŌZU
La imagen se estructura a través de los mástiles de un carguero situado en primer plano, nuevo ejemplo del efectismo buscado por el autor a todo lo largo de la serie. Así, la imagen queda dividida en tres franjas verticales, tras las cuales se aprecia el fondo, compuesto en su parte inferior por el río (se trata del canal Hatchōbori) surcado de barcas de mercancías y de pasajeros, mientras que en plano medio se ve la forma curva del puente Inaribashi, que da paso en el lado izquierdo a una verja roja que se corresponde con el santuario de Minato Jinja, y en el derecho a unas casetas blancas de almacenes portuarios –la bahía de Edo era poco profunda, por lo que los barcos anclaban a distancia, y se descargaban las mercancías en barcas que luego se almacenaban en estas casetas–. Por último, se yergue en el horizonte la silueta familiar del monte Fuji.